4 may 2009

Una historia de amor

Dicen que en la primavera la sangre altera y es más permisible enamorarte. Pues esto último me ha pasado, me he enamorado de una japonesa eso creo sólo por el nombre lo es, se llama Haru (Jaru).
Cuando hablamos no sé si me comprende cuando hablo pero yo os aseguro que tampoco, será el idioma cada uno con el nuestro. Menos mal que tenemos el idioma universal para entendernos, sino sería un poco complicado.

Pero hay una cosa de ellas que me preocupa, es la edad, ella es un poco más pequeña que yo, pero creo que eso no es obstáculo ya que cuando cumpla la edad adulta dejaría de ser un impedimento. Pero tampoco sé aciertamente de que que este amor es correspondido porque cuando juego con ella, lo dos disfrutamos pero luego como siempre me esta ignorando, y creo que pasa de mí, me siento un poco mal en esos momentos, hasta que vuelve a jugar otra vez conmigo, parece que soy un juguete para ella.

Es preciosa y vella, su pelo es corto y castaño pero muy suave, sus orejas puntiaguadas eso creo, sus dientes perfecto, su nariz comparando con Cyrano una ofensa, sus ojos negros como el azabache, su forma de andar como un juguete de peluche, me faltan para palabras para seguir describiendo, así que he decidido mostrarla en foto.

Creo recordar que se la trajo mi prima para Madrid, ya que en un pueblo creo recordar Guadalix de la Sierra el dueño la quería sacrificar, ya que era la más débil de la camada, así que mi prima, sabiendo lo ocurrido, no se lo pensó dos veces y ahora vive con ella, no tiene ni un mes todavía, pero sé que a toda la familia nos a echo feliz. Todavía no se como pueden sacrificar animales tan pequeños, yo con esa carita ¿quién la puede sacrificar?

"Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección."Antoine de Saint-Exupery

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